Ayer en horas de la noche y cuando recorría tranquilo las calles de Barrio Escuela en busca del descanso despues de una laboriosa jornada, al doblar en la esquina de la calle Scalabrini Ortiz al 200, el itinerario hacia mi destino al descanso diario se cruzó con el destino milenario, aun impertérrito, de la violencia de Género, del Feminicidio permanente. Una Mujer, otro cuerpo que se domina, había sido asesinada por un hombre, otro macho que cree que la mujer es su propiedad. Según fuentes vecinales la mujer había sido asesinada a puñaladas y luego el vil, pero común asesino, se había quitado la vida. Es curioso, este hecho ocurre a pocos días del Día internacional de la Mujer Trabajadora y a horas de que la mujer riotercerense se desesperó por sus hijos, perdió enseres, muebles y ropas y se cansó de sacar barro de sus casas, tras la inundación que produjo una clase política obnubilada solo con la vacua publicidad. La esforzada y laboriosas mujer riotercerense se halla sin ningún tipo...