“MERODEANDO” EN EL ARTÍCULO 98 DEL CÓDIGO DE FALTAS
Conviene hacer una contextualización
histórica previa sobre la cuestión del Artículo 98 del Código de Faltas de la
Provincia de Córdoba. La razón: el artículo de marras tiene una vigencia total
gracias a su utilización para detener y criminalizar a miles de adolescentes,
jóvenes, etc. por su condición social y por la pigmentación de su piel.
La actual
Provincia de Córdoba recibió en los siglos XVIII y XIX, un importante
contingente de esclavos africanos negros, traídos en los trágicamente “barcos
negreros”. La contundente caída demográfica de la población nativa por causa de
la brutal explotación a la que fueron sometidos por los españoles, significó
que era necesario incorporar mano de obra para la expansión del imperio español
en América (por no mencionar los casos particulares de Francia, Inglaterra, Holanda,
Portugal y los EEUU en el siglo XIX en particular). La Orden Jesuita de la
Iglesia Católica, fue la más correcta a la hora de celebrar contratos de compra
de esclavos africanos con la “Compañía de las Indias Orientales” que tuvo por
mayor tiempo el monopolio de la compra y venta de esclavos africanos negros.
Cómo resultado en documentación del siglo XVIII, que pude leer, en los libros
de inventario, una pala o un rastrillo se contabilizaban junto con un esclavo;
es que en todo caso la Iglesia cumplía con los preceptos del misógino (junto a
Ratzinger) más famoso de la historia: San Pablo, quien ordenaba a los esclavos
en los evangelios a obedecer a sus amos. Llegó la Revolución de Mayo de 1810, y
en la Asamblea de 1813, se decretó la “trampoza” “libertad vientres”: los
nacidos de madre esclava serían libertos; pero hecha la ley hecha la trampa:
sólo podían ser libres después de los 18 años, por lo general se quedaban
trabajando en las haciendas o en otras actividades de sus amos hasta su muerte.
Estamos hablando siempre de mano de obra esclava y negra y ahora hay que
avanzar en el tiempo y llegada la Constitución de 1853, donde se abolió la
esclavitud. Son cientos los documentos que están presentes en el Archivo
Histórico de la Provincia de Córdoba (AHPC), que vienen a desmentir el
Preámbulo que habla de “libertad”; en el mes de septiembre, me encontré en el
AHPC, con documentos de 1882,83,84!!!, treinta años después de la Constitución y
en Córdoba, todavía había transacciones de esclavos negros y “liberaciones”.
Pero conviene no ser tan negativos por ejemplo con la prensa de la época, donde
en las décadas del 70 y 80 encontramos avisos clasificados que alertan sobre
“negritos y negritas” que se han “escapado” de la casa donde trabajan: se han
escapado de sus amos???...Conforme la élite dominante va “construyendo” la Nación Argentina, se va “invisibilizando”
al sector más numeroso de la primera mitad del siglo XIX en Córdoba: “los
negros”. El Censo Nacional de 1869, encargado por Sarmiento, comienza a “blanquear”
a la Argentina; porque la Argentina tenía un destino de nación poderosa y
europea, “crisol de razas”. Gran aporte a esta falsa idea es “el exterminio de los negros en las guerras
internas y en la Guerra del Paraguay”; esta afirmación cayó como anillo al dedo
para los ideólogos de la Argentina “blanca”. Los amos no entregaban a sus
“negros” para la guerra porque si no se quedaban sin mano de obra; las excusas
en cientos de publicaciones, libros como el de Lucio V. Mansilla (“Una
expedición a los indios ranqueles”), las “Memorias” del General Fotheringam,
las cartas de gobernadores y caudillos, etc., donde no hay manera de conseguir
“negros” para las batallas y guerras. Los amos acusan recibo ante la justicia
declarando ante un juez amigo (constan en expedientes de la justicia de
Córdoba), que no pueden enviar los negros que se les piden porque están
“enfermos”, “viejos”, etc. Ni hablar de las denuncias por deserción, miles de
negros se escapaban de las levas militares…cómo iba a creer usted que murieron
todos y fueron “carne de cañón”, de dónde salen los “negros” que hoy tenemos en
Córdoba, los barrios con nombres relacionados con la cultura afro, los
carnavales, el cuarteto (que si bien se ejecutaba tradicionalmente con
instrumentos europeos, previo a ello su raíz es afro- y si no mire las
continuidades históricas y socio-culturales y mentales, que reaparecen
actualmente en los ritmos del cuarteto cordobés y la cultura del “negro”
cordobés)…en la respuesta “rápida y picaresca” del “negro cordobés: ¿no hay una
continuidad histórica en querer burlar a las autoridades y las fuerzas de
represión?, porque consultando sólo el índice de Archivos de Crimen, entre 1770
y 1830, el 75 % o más de las detenciones se realizaban por “vagancia y
malentretenimiento”; y consultando las declaraciones de los imputados, siempre
aparece la respuesta rápida y picaresca buscando “zafar” de la “ley”. Córdoba sufrió claramente un proceso de
mestizaje de negros africanos con europeos, nativos, etc., y eso fue también
colaborando en la invisibilización de un “negro de pura cepa”; pero la historia
con sus continuidades nos los ha traído hasta el día de hoy: miro las fotos de
mi abuelo y me doy cuenta de lo “afro” que era; pero yo he andado por la vida
diciendo que mi origen es puramente europeo!
La condición social de los “negros”, es percibida
por los portadores de la ley, la razón, la justicia –y la fuerza- a partir de
ciertos indicios que indican la “peligrosidad” del sujeto: una gorra,
zapatillas, bermudas, remeras de color, etc.; la pigmentación de su piel:
morena, para nuestra sutilidad, “negra”, para nuestros agentes de seguridad que no
logran identificarse ellos mismos con las víctimas de sus detenciones
arbitrarias, ya que el 90% de los policías de Córdoba, son de piel “oscura”.
“Portación de rostro” ha sido la forma en que se caracterizó en los últimos
años a esta modalidad delictiva de la policía que burla la Constitución
Nacional (tampoco es ninguna novedad), al impedir el derecho a la libre
circulación de las personas, más allá de su condición social o color de piel.
Claro que no puede faltar un elemento cómplice y fundamental: en nuestro caso
particular de la ciudad de Río Tercero, un sector de comerciantes del centro de
la ciudad, tienen una aceitada red de “información” que proveen a los activos y
eficaces agentes del “orden”, en caso de que un “negro chorro” esté con la
“ñata sobre el vidrio” de algún local comercial dedicado a la venta de ropa
trucha, perfumes truchos, relojes truchos, zapatillas truchas, etc., pero que a
fin de año recibirán –pago de por medio- su “imagen de oro”. Y no somos
adivinos para saber esto, en lo absoluto, con tener algún amigo mozo o remisero
en el centro con un poco de humanidad y sentido común, alcanza para enterarse
de cómo funciona el mecanismo de “caza” de “negros vagos y malentretenidos”.
Hace solamente unos días que terminamos de dar una charla a los jóvenes
estudiantes de una escuela de Río Tercero, sobre la cuestión del Código de
Faltas y la violación a los DDHH, y muchos de ellos colaboraron y participaron,
en especial un alumno-amigo que se apoda “café”; increíble, se apoda como el
producto que sus ancestros cultivaban en las haciendas de cultivo de café; él
asombrado, no sabía que los negros africanos cultivaban entre otras cosas café,
pero tampoco los sabían sus amigos que así lo apodaron…es que la historia se
encarga de transportar en el tiempo y el espacio cosas que desconocemos,
prácticas, costumbres, creencias, etc. “Café”, 5 días después de participar y colaborar en la
charla fue detenido por la policía de Río Tercero en el balneario, (3 días
preso) donde estaba tomando una cerveza con sus amigos; se le imputó delito de
beber en la vía pública y le “pintaron los dedos”…cuanta justicia no? Y pensar
que si uno recorre el centro de Río Tercero, la “gente bien” consume alcohol en
la vía pública, pero……
Cristian Primo
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