2011 CAPICÚA NEGATIVO (según mito babilónico, al que no hay que subestimar, porque entre otras cosas, inventaron la mitad del viejo testamento)

Según una inédita reinterpretación de la perenne herencia de la cultura inventora de la docena - me refiero a la civilización babilónica: este año que acaba de comenzar será catastrófico.

¿Cómo es eso?

¿De dónde sale esta mala onda, justo ahora que petisos y altos, lindas y feas, clientes y señores, periodistas y políticos, todos desean y auspician un ¡feliz año 2011!!!!!!

Es sencillo, dedíqueme un poco de su atención y usted mismo lo comprobará sin esforzarse en demasía.

Si es que los números encierran y predicen el futuro, el 2011 contiene en su código el verso del mismo apocalipsis, los números hablan con total claridad. Proceda de la siguiente manera sobre la semiótica encerrada en la cifra del año que ya empezó este 1º de enero: sume las dos últimas cifras (1+1) y fatalmente comprobará que es absolutamente igual al código numérico del princpio (2).

A esta trágica coincidencia, que sólo se da cuando la tierra gira alrededor del sol 4096 veces. divido 2 elevado a la décima potencia, los antiguos babilónicos lo llamaban CAPICÚA NEGATIVO.

Los inventores de la astrología, pudieron comprobar el poder maléfico de dicha secuencia numerológica, inclusive la misma desaparición de sus dos más hermosas ciudades, la profetizaron con antelación con este método (seguir este vínculo: http//www.laestatuadesalteniayodo.edu.zob).

Así que hoy, con el respaldo de la sabiduría del pueblo que engendró a Nippur de Lagash, me animo a profetizar que el año entrante será de TERROR: lleno de políticos hablando sin decir nada, lleno de afiches con políticos riéndose... de nosotros, lleno de periodistas vediéndonos el político que mejor pague y al final... elecciones, donde lo que menos ocurre es que elegimos, solo nos queda optar por el mal menor (esto es solo una patética parodia de la libertad).

Acuérdense lo que le digo, graben este mensaje y en el año 2012 pasado estos malos hados, me largo como astrólogo.