Villa Mercedes: Espacio para ideologías urbanas?

Yo he viajado por muchos lugares y he caminado en playas y montañas. He disfrutado de montañas y de playas, de soles y de tormentas que iluminan el cielo y el suelo. Y mi peor defecto es siempre tener los ojos abiertos, enfrascarme en el lugar en sí. Ahora no estoy en Río Tercero, Estoy en un lugar en medio de la llanura de San Luis llamado VILLA MERCEDES. Es un lugar distinto y que me ha llamado poderosamente la atención (tal vez por eso abandono unos momentos las vacaciones para compartir mis palabras). VM tiene en primer lugar una característica que en R3 está en decadencia, que es la AMABILIDAD DE SUS HABITANTES. El saludo, el buen día, la sonrisa de los propietarios y los empleados de los comercios, la simplicidad con la que se vive en este asentamiento, la emotiva capacidad que tienen los lugareños para sentirnos cómodamente a tono con el paisaje alisado. Acá no hace falta grandes montañas ni monumentales balnearios. Solamente con la capacidad humana es suficiente. Nada más. En segundo lugar me llamó a mis sentidos una plaza, dedicada al referente de la educación argentina. DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO. Me dirán “cada pueblo tiene su plaza Sarmiento, su plaza San Martin” (plaza Perón??), pero nunca vi una estatua tan grande de Él. Tal vez la que se merece, tal vez haya otras más grandes pero yo no las he visto… De cualquier manera, estamos en Villa Mercedes. Ahora bien, entre lo rustico y lo antiguo de sus construcciones, hay un defecto o un problema ideológico, según desde donde se mire. Hay demasiada basura en las calles y en las plazas, para mi gusto. Pero no se por que acá se nota tanto. Incluso Río Tercero es más limpia. Lamentablemente esto lastima el horizonte urbano.
Río Tercero tiene mucho que aprender de la HUMILDAD y la HOSPITALIDAD de la gente de la localidad. Con su dinero, sus 4x4, sus campos de Soja, sus carritos llenos de mercadería, su amor por los papelitos verdes con las caras de próceres del norte… Aprender a hablar es más fácil que hablar bien. Sentir la humildad y reflejarla en palabras es más complicado, pero no imposible. Un saludo de alguien que a veces se levanta de la cama y sigue soñando en ciertas utopías gastadas…