6, 7 "rocho" tiene razón, en Río Tercero hasta el espacio urbano es Moyanista

Desde hace tres días, la ciudad de Río Tercero tiene los nervios de punta, la clase media está histérica, saca  toneladas de basura y nadie se las retira del frente de sus casas.

Se trata de un conflicto gremial llevada a cabo por el Sindicato de Camioneros Córdoba (Surbac), que consiste en un "trabajo a reglamento" que ocasiona una disminución considerable en la calidad del servicio de recolección de residuos, ya que mucha de la excelencia que se "cacarea" desde los estrados, solo se logra por la sobreproductividad extraida a sus trabajadores.

Si uno observa con sencibilidad de manual, tan común por estos días, verá corriendo a hombres con ropa de vivos fluorescentes para que no los pisen los automovilistas, a costillas de sus articulaciones, manoteando a "cuatro manos" bolsas que no dejan de crecer, trabajando bajo la lluvia y a ritmos desenfrenados, barrenderos con centenares de cuadras céntricas para limpiar, mientras todos y todas los grandes productores de basura, que no somos todos ni todas, viven sus vidas placenteramente.

Más allá de esta postal de la basura o mejor de los hombresitos que la protagonizan sin ser vistos, se pudo conocer a través de un reportaje radial en FM Sol , a Andres Ceballos Secretario Gremial del Sindicato de Camioneros, que irónicamente, la de alguna manera: mayor y más demócratica medida de justicia social urbana que tuvo lugar en la ciudad en los últios años, esto es, que los barrios tengan la misma frecuencia de recolección de residuos que la zona céntrica, no fue motorizada por la administración municipal, sino solamente por los trabajadores.

Cuando explotó la pandemia del Dengue en la ciudad, de toda la baterías de cuestiones que emergieron de la ineptitud política y la injusticia social riotercerense, nosotros denunciamos que la diferenciación del servicio de recolección entre el centro citadino y los barrios - en el caso privilegiado se les evacuaba sus inmundicias todos los días, y hasta más de una vez por jornada, y en los arrabales solo tres veces por semana - no tenía ninguna justificación racional.

Cuando después de una miniccrisis política ocurrió el cambio de conseción y tomó la posta la empresa GAMSUR, se anunció desde la gestión Brouwer con bombos y platillos la "frecuencia seis": mismo servicio para todos los ciudadanos vivan donde vivan. Ahora nos venimos a enterar que esa medida fue sostenida solo por sus trabajadores.
Otra verguenza para la "clase política" local.

Podemos decir que la basura en Río Tercero tiene sus fifty fifty, ojo por ahora.