Sin Grafittis la ciudad está muda.
Hace un tiempo nos enteramos como fueron castigados alumnos de 6° de una escuela privada confesional de Río Tercero solo porque habían realizado escrituras en las paredes un escenario enclavado en el medio del desolado Balneario Municipal local.
El repudio de las fuerzas vivas y el periodismo hacia cualquier expresión de la cultura juvenil que no pase por su "necesaria" mediación, alcanzan ribetes epopéyicos. Se desgarran aclamando una moralidad pérdida en los jóvenes y que a ellos les toca ser sus impolutos guardianes: "La juventud está perdida", "no respetan los símbolos patrios" [por una intervención en el monumento de San Martín], "ensucian la ciudad", "son vándalos", etc.
A mi no me molestan por lo general los carteles de la propaganda política, salvo los que profusamente se hacen con mi plata, lo llamativo es que esos profetas antijóvenes, que ejercen prestos el señorío acusatorio frente a cualquier rastro de verdadera comunicación en las paredes, no dicen ni mu al respecto, y peor, por la gigantesca magnitud de estropicio - no quedan árboles, postes, centímetro cuadrado urbano, ni silencio citadino que no esté colonizado por la propaganda eleccionario.
Reivindicando la cultura del graffitti como comunicación verdadera, vaya este ejemplo.
conserve su moneda, QUIERO UN CAMBIO
Comentarios
saludos
los políticos me colonizan la cabeza con el mensaje.
Y los jóvenes sí que están perdidos, si en lugar de estudiar se ponen a degradar el patrimonio público.