AGUA

Una serie de "informes" aparecidos en el suplemento Zona Centro del matutino La Voz del Interior, dio plafón para montar una campaña, por la cual, las empresas químicas riotercerenses logren extrer agua del río Ctalamochita para sus procesos productivos, con los que, sobre todo, se obtiene glisfosato - 2,4 D - y TDI.

Pues de la forma que actualmente están succionando los recursos acuíferos subterráneos, prontamente los inutilizarán.

De esas mismas napas, todos los habitantes de Río Tercero, llenan sus termos, sus vasos, sus mamaderas, asean sus cuerpos, los más y los menos, llenan sus piscinas, lavan sus autos o accionan sus lavavajillas.
Con los periódicos aumentos y tarifamientos del uso del incoloro líquido, se logró restringir el abrir de los grifos, sobre todo de los más humildes, de manera que se "ahorra" ahora cerca de un 33 por ciento de lo que históricamente se gastaba, pasando de 6 millones de metros cúbicos a 4 millones.
En cambio, cosa típica por estos lares, nadie sabe cuanto gastan las empresas. Según algunas fuentes de la cooperativa, gastan más que la ciudad, pero la cantidad exacta y concreta resulta un misterio, por supuesto por el gran poder de los propietarios de las empresas químicas.
El fin buscado por entre otros el ingeniero Sanni gerente de Atanor, de sacar el agua que usan las fábricas del río, a tenido una especie de apoyo más allá por supuesto del periódico ya citado, de la legisladora provincial Alejandra Matar (ver aquí y constatar la similitud con los "informes" periodísticos) y del Consejo Deliberante de la ciudad.
En toda la producción discursiva sobre la cuestión que ha tendido lugar, usted no encontrará nunca la palabra control, optimización de los recursos, desarrollo sustentable, inversión en equipos para el ahorro del recurso acuífero por parte las trasnacionales. Nadie lo plantea: ¿por que?
¿Quién sabe si se usa correctamente el agua; si los equipos no son obsoletos, pensados para un agua ilimitada; si se buscan soluciones para evitar su despilfarro, mejoras continuas en su productividad; y si se les cobra una canon mínimo que iguale el que paga la gente para su uso vital? - estimamos que la cooperativa recauda de nuestra mano en concepto de servicio por el agua, más de un millón de pesos al año.
Entonces.., ¿Cuanto pagan las fábricas por la canilla libre?
Nosotros usando un viejo recurso cordobés, apostamos a las autoridades con un asado, diciendo que: "no pagan ni un céntimo lo que la gente".
Creemos que no nos escucharon, de manera que si queremos asado, lo tendremos que pagar nosotros.