El Carnaval de los Zombis

( El espejo mágico de paul klee)

(Introducción del programa nº 16 del pasado 9 de agosto, perdón por lo largo, solo por un pedido del brader clau y mariana)


Siempre que se domina hay una argumentación, podríamos decir que es una particularidad humana la de argumentar cada una de sus acciones sociales, argumentar para convencer. A decir de algunos convencer al esclavo de lo bueno de la esclavitud. Nosotros no creemos como se vino pergeñando en algún tipo de ciencia social que los sistemas encadenantes son primero comunicados, pensamos que al revés son debido a estructuras sociales concretas y posteriormente se traspasa a estructuras simbólicas y el discurso por supuesto es el esquema principal de esa urdimbre.
Por eso querida/o zombi no se sorprenda que las más aberrantes acciones humanas siempre tuvieron un argumento discursivo que las sustentara, y desde hace ya varias centurias la principal herramienta portadora de ese mensaje son los medios masivos de comunicación y los periodistas, como profesión especializada en la emisión y reproducción de las prédicas hegemónicas.
De esa manera el razonamiento de Bush de que había que acabar con el terrorismo establecía un "dialogo" ordenativo en el cual, él imponía quién era terrorista, quien era el autorizado par combatirlo, y cual era el modo de hacerlo. El corolario desgraciadamente aun provisorio: es la masacre inconclusa, de mas de un millón de personas de Irak, y otros rincones del planeta; quitarles el manejo del petróleo a esos "esbirros de Bin Laden", ya que los únicos autorizados para manejar esa riqueza son las inmaculadas potencias occidentales.
Pero Bush y todos su adláteres dominaban y dominan el discurso y la condición necesaria para ello, es decir, esto no sería posible sin la concurrencia a ese fin de los artefactos llamados massmedia: la CNN, la cadena Fox, Washington Post, New York Time, Holiwood, etc. etc.
Eso termina ahí? no.. concluye o transitoriamente finaliza, cuando desde el otro lado, nosotros, todos los mortales normales, nos creemos ese discurso, por ejemplo cuando el oráculo de pseudos intelectuales de pantuflas, Claudio Fantini, nos hace creer que es cierto que lo peor del mundo son los orientales, y si portan turbante son el diablo mismo; que la única formas de misoginia, de dominación femenina, son el velo que los fundamentalistas obligan usar a sus mujeres, pero obvian olímpicamente la construcción machista del cuerpo femenino de la cultura occidental mediática, todos los velos que obligan usar acá en la "civilización" como la delgadez mórbida, las cirugías estéticas, el maquillaje encubridor, o la prostitución televisada como es el show total tinelesco.
Termina entonces cuando normalizan el discurso, esta clase de estructura invisibles, invisibilizadas, nos parecen normales, ingresa a nuestro sentido común como verdades, lo que en realidad son gigantescas tropelías lógicas.
¿Pero esto pasa solamente ahora en este vertiginoso mundo?
El sistema patriarcal para su dominación, construcción paciente durante milenios, nos hizo creer como cierto y normal que las mujeres eran inferiores al hombre, que tenían una segunda naturaleza, subordinada alma y por lo tanto no eran buenas para la religión, por ende tampoco para la guerra, concomitantemente imposibilitadas para la política y la cadena prosigue con la ciencia, el trabajo, el placer, y no persistimos para poder continuar.
Y si pensamos en el racismo?
Caben los mismos análisis, nos hicieron creer, creímos y nos vendieron como natural que lo negro es inferior a lo blanco, que la pureza existe y es la salvación en oposición a la decadencia de la mixtura de la mestización. Entonces los padres de la filosofía empezaron a argumentar que el esclavo era inferior, que eran maquinas parlantes, que nacían para obedecer por ser inferior, por solo ser lo "otro".
Ese lógica comunicacional se mantiene hoy de mil maneras, la sufren nuestros afroargentrinos, los hermanos aborígenes, bolivianos, paraguayos, chilenos, etc.,etc.
Lógica mediática que sirve para mantener bajos los salarios, para conseguir ladrillos a precio vil y construir a su costilla imponentes mansiones, ese racismo hoy es muy operante en el gremio de la construcción.
El discurso no tuvo solución de continuidad hasta el nazismo, y lo triste es que a nosotros nos pareció natural, a las mismas víctimas les parece esencial su propia subordinación .
Prestemos atención a esto, cómo los discurso de poder o sea casi todos, pretenden transforman en esencial, fijo, inmutable, hasta beneficioso el orden de cosas.
Y acá es donde muestran su eficacia, donde triunfan y reproducen las injusticias, cuando se naturalizan y nosotros lo tomamos como verdades reveladas.
… A propósito de entender esto y de una pregunta que me queda siempre latente: ¿por que el carnaval de los zombis?, o cuando hablamos por teléfono con nuestra querida Vero, o Ariel, o Gladis, a veces irrumpe descarnadamente en mi vacua capocha este cuestionamiento, ¿nos queda solo la critica?, ¿no es un tanto inútil o al menos insuficiente este recurso?, ¿no es un tanto impotente? ¿a parte la minoritaria comunidad esperanzadamente pasajera, le agrega improductividad a lo nuestro?
Y repasamos toda y cada una de las sensaciones de amargura que obliga curarnos con la alegría de la emancipación de la razón, de la inteligibilidad de los que nos pasa, de compartirlo y percibirlo del otro, de tomarlo y darlo.
Develar lo que nos ocurre entre todos subyuga mi personalidad y me catapulta a decir esto y de esta manera compartirlo.
Por más chiquita que sea esta propuesta aunada, creemos que es imprescindible porque empieza por los mismos cimientos de la buenaventura que nos deparará una sociedad solidaria, que consiste en desarmar ese discurso dominante, demostrar lo necio de sus argumentos, lo injusto, lo ilógico, lo sesgado, lo incompleto, lo unilateral, lo temporal y pasajero, lo dependiente de la ignorancia.
Y si terminamos por demostrar que a esa imposición de significados hegemónicos solo los espera el basural de la historia, el primer mandato social horizontal comunicativo de nuestra intención mancomunada adquiere sentido y vitalidad.
Desentrañar porque es injusta toda la represión sobre los y las motociclistas, y la futura que se prepara a las y los ciclistas, contracara del descontrol de la circulación automotor aplastante vigente.
Lo mismo podríamos prologar sobre el descontrol sobre la producción fabril y el atentado constante al medio ambiente. O sobre la manipulación a los adjudicatarios de las 300 viviendas, los planes sociales, de salud. O que la ciudad tiene que ser un espacio amigable y seguro para todos y todas.

Es decir, lo que prima en nuestra acción es la incompostura periodística comunicacional por querer desarmar la dominación de lo dicho e impugnar desde donde se lo dice, destronar la palabra santa, a pesar de nuestra humildad ese es el verdadero sentido de nuestra existencia como carnaval de los zombis.
Vero, Ariel, Gladis, a todas y todos los radioescuchas, a mis compañeros y a mi mismo ¡creo que es muy útil nuestro programa! , porque apela al afecto cuando estamos confundidos, y porque cuando estamos lúcidos por ahí desarmamos el discurso que destruye, que expresa individualismo y opresión.
Por eso estoy feliz que juntos Todos intentemos este carnaval.

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