Los muertos de hambre

La municipalidad de Río Tercero hace unos meses, embargó por deudas impositivas un terreno ubicado en una excelente locación, a la entrada de barrio Cerino.
Este tipo de hecho (click aquí), que según los medios, es la primera vez que se dio en Río Tercero, involucra un entrecruzamiento de intereses que si bien merecen algún análisis por parte de los ciudadanos, tiene ribetes de mezquina puja política entre sectores encumbrados que hoy están enfrentados, pero que ayer al igual que mañana serán amigos. Los sectores en cuestión son el juecista que lidera Peirone y el de la UCR que lidera el intendente BdK, que se sacan los ojos pensando en la futura elección a intendente de la ciudad.
Mas allá de esas particularidades, que solo tendríamos que repudiar, y más allá de que se abra la amenaza de que el estado ejecute pequeñas propiedades de sectores más débiles de la sociedad, que nos debe preocupar en extremo con gobiernos como los que nos toca en suerte; lo que nos interesa a los Zombis en este caso, es otra cosa, una particularidad de tipo cultural.
El sector perjudicado en este pleito, es una familia ex propietaria de una fábrica y hoy medianos comerciantes, que están usando todos los recursos que pueden, como ser: los mismos medios, que pueden costear o son afín a sus intereses, los estrados judiciales, y otros; para poder recuperar lo que ellos plantean como un "despojo", realizado por la administración municipal para beneficio personal del entonces secretario de gobernación y hoy activo dirigente agrario y juecista Javier Migniani.
En el capitulo de las diatribas mediáticas de este duelo, se pudo verificar en un reportaje emitido en un programa de Fm Sol, como el sector dominante de la sociedad expresa su cosmovisión clasista de opresión, de explotación.
boomp3.com
(Hacer play en audio de arriba para escuchar fragmento reportaje)
Desde El Carnaval de los Zombis venimos alertando sobre esto (ver aquí), por ejemplo, a raíz del conflicto por la apropiación de las fabulosas ganancias de la producción de soja entre el sector que representa el gobierno y los otros sectores encolumnados detrás de la Saciedad Rural y la Mesa de Enlace y son sufridos por los más humildes de los riotercerenses.
Contradiciendo lo que las ciencias sociales demostraron, aunque tardíamente, ya hace casi doscientos años (consultar este autor), y que sencillamente consiste en comprender como la riqueza es construida, generada, exclusivamente por el trabajo, por tanto, por los trabajadores; los sectores opulentos de la sociedad, siguen vociferando al revés de lo que la inteligencia humana ya demostró, que "ellos le dan de comer" a los trabajadores "muertos de hambre".
Cuando en el programa 10 de los Zombis del pasado sábado 28 de Junio, hablábamos sobre el asesinato de Maxi y Darío y a propósito promocionábamos un DVD que ofrecíamos a nuestros escuchas, citábamos al periodista Pablo Llonto, que en una interesante reflexión inclusa en el documental "La crisis causó dos muertes" decía: que la carnicería que significo "la Masacre del puente Avellaneda", en la cual, las fuerzas represivas y el sistema de dominación todo, tomaron las hermosas vidas de Darío y Maxi, no sería posible, expresaba Pablo, sin una cobertura cultural de los medios de difusión masiva, como son Clarín o la Voz del Interior (separación innecesaria porque son lo mismo).
Sin que criminalizaran la protesta social, sin que usaran el epíteto de "duros", "forajidos", "encapuchados" y otros de ese tenor, que adherían impunemente a los empobrecidos cuerpos de las personas que pedían trabajo, y sin que escondieran, encubrieran, los asesinatos de en ese caso, Duhalde, esa matanza y tantas otras, no serian posibles, porque la clase media no los aprobaría si conocieran la verdad (aunque algunos piensan que le mienten solo al que se deja mentir).
Que la persona con que ilustramos esta nota destile ese odio hacia los trabajadores y por extensión hacia los sectores oprimidos todos de la comunidad, no es un hecho fortuito, repetimos, sino que esta incrustado en toda una forma cultural de opresión que la reproduce y la sustenta, la hace posible día a día, episodio a episodio, mecanismo en la cual los medios que forman la opinión pública son fundamentales.
De la misma forma que aquel tenebroso titulo de Clarín esa opresión es mantenida y ejercida en nuestro vernáculo medio, por ejemplo, la Zona Centro de la Voz en su edición del pasado 29 de junio (ver aquí), dejando constancia que es natural que se suspenda a los obreros, es decir naturalizando que se les niegue el trabajo y su apocopado sueldo a todas sus familias, en ocasión de que las empresas industriales riotercerenses de alguna manera, colapsaron frente al los cortes de rutas realizados por nuestros "solidarios chacareros".



Según se escribió en el matutino local que pertenece al emporio manejado por Magnetto, a Atanor y Petroquímica no le llegaban insumos, y otras imprecisiones de ese tenor, lo que motivo que los gerentes no les quedara otra que suspender a los proletarios.
Tan mediocre y perezosa es esa aseveración que se podía leer en la pretendida "zona centro", que no resiste la más mínima critica: podríamos argüir una infinita lista de otras posibilidades que fueran más solidarias, más sensibles frente al sufrimiento de centenares de familias riotercerenses. Antes que suspender (sólo los obreros contratistas, los mas precarizados sufrieron este flagelo) se podría haberles adelantado las vacaciones como a los empleados en relación de dependencia directa con las grandes químicas, o se les podría haber dado un subsidio como a los bajo convenio de Smata en Córdoba o los del gremio de la Carne.
Podría habérseles dado otra tarea, como sería la vital capacitación, como para que se defiendan cuando los quieran mandar hacer alguna tarea cerca de algún gas venenoso, sin dejar el "cuero" en esa tarea, como les pasó a Jorge y Marcelo.
Y la persistencia en eludir las responsabilidades sociales por parte de los empresarios, podría permitir otra solución como la que echaron mano en la clínica Junín en Córdoba, en el Hotel Bauen en Buenos Aires o en Zanon en Neuquén.
Como vemos, son innumerables las posibilidades que se podrían haber optado sin perjudicar a los trabajadores. Solo una visión extremista, tuerta, (el suplemento de la Voz podría llamase "Zona Tuerta"), sesgada, porque impone la visión de la realidad desde un solo sector social, por supuesto el opuesto a los intereses de las mayorías.


Unilateralmente desde ahí se puede pensar, escribir y pregonar (comernos el seso, zombificarnos, diríamos nosotros) que la suspensión era la única salida para esa situación, sufridas en soledad por los esforzados de verdad que construyen el confort de vida que algunos disfrutan, y que esos mismos algunos, llaman "muertos de hambre".

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