Violencia de género en Río Tercero o ¿la más legítimas de las “defensas propias”?


Por tratar de no cometer el “pecado” de desnaturalizar o forzar discursos, muchas veces nos morimos de ganas de insistir en pregonar en Río Tercero sobre el caso de Romina Tejerina, con la seguridad de que la violencia de género es moneda corriente en nuestra localidad, y así de esa manera universalizar en nuestra querida patria chica, esa lucha que debe ser nuestra también.
Ahora emerge la punta de un iceberg que permanece oculto por el sistema todo, no es necesario cargar solamente con la prensa masiva porque en el titulo “Río Tercero: murió apuñalado por su sobrina” nos da la impresión que se aplasta toda una historia de abuso, opresión, violencia sobre niñas jóvenes y mujeres todas.
El caso puesto en la esfera pública por el periodismo solo obedece a las más misérrimas y obtusas de las fuentes, que es la policial. Desde ahí se relata, que una jovencita llamada Belén golpeó a un tío y posteriormente lo habría apuñalado. El “sujeto masculino” después de unos días halló la muerte producto aparentemente de ese acto protagonizado por la joven mujer de 19 años y que se domicilia, según la Voz del Interior en el “humilde barrio” Sarmiento.
Hasta ahí la noticia publicada, ¿pero quién se atreve hoy en día a negar todo lo que el hecho grita soterradamente y no está dicho?
Cómo desligar esto con el caso de niñas esclavizadas en los varios prostíbulos de la ciudad, cómo desligarlo de la inoperancia del “Consejo de la Mujer” en todos sus niveles, como desligarlo de la misma opresión de las mujeres que se transportan en sus motitos para ir a trabajar o para llevar sus hijitos a la escuela, cómo desligarlo de la precarización laboral de las mujeres, por ejemplo las ocupadas en el barrido de calles con mucho menos derechos laborales de su par hombre del gremio camioneros, etc., etc.
Ojala Río Tercero reacciones contra la criminalización de Belén.

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