Como buena ciudad zombi, la solución viene de afuera

En la geografía de Río Tercero el glifosato tiene los días contados, llegará pronto el fin de su doble acción (como la vieja publicidad de Roundup: "mata por arriba y mata por abajo"): llenar los bolsillos de los funcionarios (ellos mismos hicieron públicas su vinculación con la producción sojera) y llenar de morbidez a los ciudadanos de Río Tercero.
Se acerca la solución de afuera, ante la inacción absoluta de la seudo oposición de los cómodos concejales riotercerenses (bueno quien no, con 8 mil pesos en el bolsillo hay que tratar de mover lo menos posible el avispero, no sea cosa que se terminen).
"La justicia santafesina prohibió la fumigación de cultivos de soja lindantes con el ejido urbano. La decisión del juez civil y comercial Nº 11, Tristán Martínez, sentó un precedente", informa hoy el diario Crítica del gordo honesto Lanata (honesto porque no se hizo el cinturón gástrico con guita nuestra, por lo demás no confíe mucho).
Y gracias a estos vecinos de San Jorge o los de Barrio Ituzaingó de Córdoba o tantos otros:
Se acerca el tiempo, no de que vayan presos Carlos "olor" Siccardi ni Brouwer, nunca pediríamos eso porque queremos ser políticamente correctos, pero sí pensamos que se acerca el tiempo en que no se envenene más a todos los conciudadanos que son fumigados con glifosato, porque ese barbarismo productivo no sera autorizado más por la Municipalidad de Río Tercero, aunque más no sea porque la solución venga de afuera.

Glifosato etiqueta verde, tan dañino para la salud como los funcionarios que permiten su aplicación en nuestra ciudad